
Son las noches en que el fuego empieza arder entre mis sentidos, dibujando el deseo con letras de mujer, fundiendo cada parte de mí para formar parte de ti y permanecer así un tiempo etéreo nunca inventado. Es entonces cuando quiero ver tus ojos mirando a los míos al mismo tiempo que accedes a mi alma sin compasión y las llamas evaporan el sudor de nuestros cuerpos recreados en una dimensión llena de dos.
Mi lengua descubre tu tentación que se derrite y humedece cada vez que te susurro en la noche el pecado que cometeré en tu piel. Cierro los ojos y finjo que mis manos son tus manos adelantando los suspiros que provocarás sin piedad, y que por mucho que lo intente, no son suficientes y quiero más….
Al final espero que me digas… sáciame de ti y llévame al lugar que tanto deseo, ese que sólo tú conoces...
Y comienza a amanecer….