domingo, 9 de enero de 2011

DIVAGANDO

Con ella no me hacen falta las palabras, mira mis ojos, me escucha y sonríe dulcemente. El mensaje de fin de año que más tocó mi alma me lo mandó ella a las seis de la mañana y me dijo que no sabía cuánto necesitaba que yo estuviese a su lado, ¿tanto me quiere?

Las cosas parecen más fáciles a su lado, cuando en realidad no lo son. Me encanta cómo se abraza a mí y ello me hace sonreir. Es una mujercita por la que suspira mi corazón y a la que extraño mucho, porque podemos vernos muy poco.

Confieso que me gusta ver la vida con ella sentados en el coche, con nuestra música, con un cigarro y hablar y hablar, hablar de la vida, de los amigos, del sexo, de las relaciones, de las incomprensiones, de la carencia, de las historias, de nosotros... de todo y son justo en esos momentos en los que pienso que la echo muchísimo de menos.

Y como las situaciones no son fáciles, cada uno lucha como sabe, como puede. A veces imagino cómo sería mi huida, mi escapada de todo y de todos si ella se fuera alguna vez.

En realidad aún no sé de qué me tengo que alejar, ella me lo recuerda con insistencia al verme pensativo y serio, abrazándose con fuerza, y entonces pongo la música más alta y así todo se calla….