SIEMPRE LA LUNA

Sucede a veces que nada de lo que te digo es real y dejo que la fantasía fluya chocándose constantemente con la realidad. ¿De qué color son tus paredes? Y me da igual sin son blancas, grises o negras, mis manos siguen acariciándolas, cerrando los ojos y buscando la esencia de los misterios más profundos que guardan sus leyendas, quizás, algún día aprenda a comprenderte, escucharte y amarte por encima de todo...

Te miro, te respiro, te acaricio, te beso y cierro los ojos, solo con sentir que estás ahí me basta y no solo estás sino que me abrazas y yo solo pienso en lo dulce que es la ilógica vestida de locura y lo irracional que puede ser la vida, tan llena de ti.

Sigo observando tu alma y tu ser, ellas cogen mi cara entre sus manos y me hablan, aunque no entiendo lo que dicen. Cierro los ojos por si así escucho mejor y cuando los vuelvo abrir descubro que ya no están, sigo inmóvil durante un segundo, dos, tres, hasta que la Luna me llama para seguir caminando con ella.

Tardé tanto en construir mis murallas y mi noche, que salir de allí se me hace un mundo, precisamente, el mismo que me reclama y del que soy preso sin compasión de sus misterios.

Sé que tú me entiendes.

SONRISAS

Sabes desde siempre que las sonrisas son gratuitas, que las puedes encontrar en el sitio que menos te esperas. Puede regalártelas un niño mientras juega, tu madre cuando llegas a casa, esa chica que se sienta con su libro de cara al sol, mirando al mar…

Por mi parte, sueño con un susurro y mientras sueño, inspiro un ‘adentro’ muy adentro, tan profundo, que quizás nunca pueda expirarlo, y mientras me siento en la arena, cierro los ojos, apoyo mi mano en mi corazón y siento, ‘me siento’, un latido, una palpitación, un segundo, la vida entera.

Entretanto, las nubes negras se alejan con las primeras gotas de agua, el reflejo de la inmensidad se asoma por la ventana respetuosamente curiosa, sabe que todavía es muy temprano para hacer acto de presencia, sin embargo, no puedo evitar sonreírle.

Empiezo a sentirme cómodo con esta libertad, aunque siga inspirando palabras, aunque siga sintiendo los latidos, aunque siga mordiéndome los labios, porque ella serena con su sonrisa cualquier atisbo de desesperanza.

EN BUSCA DEL HORIZONTE

Hoy quiero decirte que mientras mi corazón suspira, tu cuerpo se abraza a mí con fuerza y no pierde la intensidad al ser acariciado dulcemente por mis besos.

Dos caminos no se pueden perder pero sí separar. Sigo mirando curioso a la noche que me cuenta los secretos que mañana olvidaré, porque su luz no brilla con el día y los misterios, misterios son. La rareza se hace dueña de mi vida, entre respiraciones entrecortadas y otras más pausadas, hoy respiro profundamente dejando que el frío roce tímidamente el aire, tan despacio como los besos que podría dejarte en tus sueños.

Sigo observando tu alma y tu ser, ellas cogen mi cara entre sus manos y me hablan, aunque no entiendo lo que dicen. Cierro los ojos por si así escucho mejor y cuando los vuelvo abrir descubro que ya no están, sigo inmóvil durante un segundo, dos, tres, hasta que la Luna me llama para seguir caminando con ella.

Y por eso ahora me propongo una meta: besar la línea que separa el cielo del mar, llegar hasta ella y abrazarla, cerrar los ojos otra vez y entregarle mi corazón con todo lo que lleva dentro, con todo mi amor, con toda mi rabia, con toda la incomprensión que no deja de llorar mi alma, con todos los secretos olvidados, con todas las ilusiones perdidas, con el perdón que quiere nacer, con los besos que siempre quise dar, con todo lo que forma lo que hoy soy yo...

Quizás cuando llegue al horizonte descubra el verdadero sentido que tiene mi vida, puede que aprenda a caminar solo con ella, a lo mejor puedo ofrecer algo mejor, tal vez sepa lo que es amar mejor, cuidar aún más lo que tenga entre las manos, luchar por lo que creo.

Por eso quiero besar el horizonte.

AROMAS

Me atrevería asegurar que todos los que aman se vuelven a enamorar al menos una vez al día cuando están con la persona que acelera los latidos de su corazón, cada vez que le roban un beso.

Hay un momento especial, único, íntimo, secreto, que inyecta a la víctima embelesada una sustancia en la sangre de su cuerpo, invadiendo todo su ser y convirtiéndolo en un adicto a su droga especial. Ese momento para mí es el desayuno. ¿ Te ocurre igual a ti…?

Comienza cuando me levanto por las mañanas y la dejo acurrucada entre las sábanas de la cama. La observo mientras me alejo y antes de cruzar la puerta vuelvo al menos un par de veces a besarla, hasta que al final consigo todas las fuerzas necesarias para dejarla allí sola.

Pasan cinco minutos hasta que ella empieza a sentir el olor que sale de la cocina a café recién hecho, el pan tostado... y la música que pongo para dar los buenos días al mismo día y a mi compañera.

Y como si de una princesa se tratase, cuando se levanta tengo todo preparado en la mesa de la cocina… y entonces me siento y la observo. Veo como agarra con delicadeza la taza de café y entonces el aroma de éste trata de acariciar su rostro. Cierra los ojos, bebé, me mira y sonríe... .. y sin darme cuenta sucede... me he vuelto a enamorar de ella, de esta bella mujercita, de mi vida, de mi morena...

BUSCÁNDOTE

Quiero decirte que pasan muchas cosas dentro de mí cuando pienso en ti. Que hay momentos cuando te escucho en los que noto una ligera punzada en el estómago parecida a cuando subo a la montaña rusa en la feria del pueblo. Que cuando te acaricio todo se reduce a sentir el contacto con tu piel... Que cuando me rozo contigo me siento tremendamente afortunado y tengo la necesidad de dar gracias, a veces sin saber exactamente a quién.

Quiero decirte que he comprobado que cuando te veo sonreir hay como magia en el ambiente y me siento con más fuerzas para seguir caminando.

Quiero decirte que cuando suena el teléfono y veo que eres tú, siempre tengo ganas de cogerlo y escucharte. Que a veces cuando voy conduciendo imagino que estás en el asiento de al lado y nos reímos. Que muchas veces sueño despierto contigo e imagino lo que me dirías en ese preciso instante.

Quiero decirte que me gusta cuando me cuentas lo que pasa por tu cabecita. Que estás tan dentro de mi vida y de mi ser que me cuesta imaginarme sin ti. Que aunque a veces me asusta un poco querer, la verdad es que no puedo ni quiero dejar de sentirte...y de que me sientas.

Yo te deseo a ti.. ¿sabes?. Siento tanto... que a veces pienso que tendré que inventar otras palabras para expresarlo mejor, a veces siento que es mucho más que eso...

Ahora solo me falta encontrarte…. para poder decírtelo al oido.