viernes, 7 de junio de 2013

EN BUSCA DEL HORIZONTE

Hoy quiero decirte que mientras mi corazón suspira, tu cuerpo se abraza a mí con fuerza y no pierde la intensidad al ser acariciado dulcemente por mis besos.

Dos caminos no se pueden perder pero sí separar. Sigo mirando curioso a la noche que me cuenta los secretos que mañana olvidaré, porque su luz no brilla con el día y los misterios, misterios son. La rareza se hace dueña de mi vida, entre respiraciones entrecortadas y otras más pausadas, hoy respiro profundamente dejando que el frío roce tímidamente el aire, tan despacio como los besos que podría dejarte en tus sueños.

Sigo observando tu alma y tu ser, ellas cogen mi cara entre sus manos y me hablan, aunque no entiendo lo que dicen. Cierro los ojos por si así escucho mejor y cuando los vuelvo abrir descubro que ya no están, sigo inmóvil durante un segundo, dos, tres, hasta que la Luna me llama para seguir caminando con ella.

Y por eso ahora me propongo una meta: besar la línea que separa el cielo del mar, llegar hasta ella y abrazarla, cerrar los ojos otra vez y entregarle mi corazón con todo lo que lleva dentro, con todo mi amor, con toda mi rabia, con toda la incomprensión que no deja de llorar mi alma, con todos los secretos olvidados, con todas las ilusiones perdidas, con el perdón que quiere nacer, con los besos que siempre quise dar, con todo lo que forma lo que hoy soy yo...

Quizás cuando llegue al horizonte descubra el verdadero sentido que tiene mi vida, puede que aprenda a caminar solo con ella, a lo mejor puedo ofrecer algo mejor, tal vez sepa lo que es amar mejor, cuidar aún más lo que tenga entre las manos, luchar por lo que creo.

Por eso quiero besar el horizonte.