Imagino por unos momentos que ella está acostada en la cama, sobre una colcha de colores. Tiene apoyada la cabecita en una perfecta almohada de látex.
Pies descalzos, respiración pausada, algunos mechones de su cabello reposando sobre sus hombros, una mano sobre su tripita plana y el otro brazo junto a su cuerpo, estirado y dejando ver la pulsera plateada en su muñeca derecha.
Se la ve tremendamente relajada. Su pecho se mueve marcando el ritmo de su respiración. Esos ojos benditos están cerrados adentrándose en el increíble mundo de los sueños de colores. Su boca, ligeramente entreabierta, permite que el aire circule a través de sus perfectos labios.
Su camiseta clara tiene un escote bajo y circular, dejando ver el nacimiento del pecho, y se adivina sin problemas su silueta con esos pantalones cortos y cómodos. Su sujetador amarillo está sobre el taburete que ella misma escogió y su bolso negro bandolero descansa en la cabecera de la cama a la altura del suelo.
No me importaría ser su centinela de la siesta, ni el guardián del templo de su cuerpo y su ser... para impedir que alguien osara molestar tan preciado tesoro en ese momento. Detendría las agujas del reloj que marcan el paso de las horas, para que recuperara fuerzas y tomara energía... para apresar la imagen y guardarla en el baúl de mis recuerdos.
Imaginemos que sin que lo hubiéramos previsto gira su cuerpo y se recuesta de lado... mirando hacia la ventana, por la que la entornada persiana permite entrar escasa luz.
Pies descalzos, respiración pausada, algunos mechones de su cabello reposando sobre sus hombros, una mano sobre su tripita plana y el otro brazo junto a su cuerpo, estirado y dejando ver la pulsera plateada en su muñeca derecha.
Se la ve tremendamente relajada. Su pecho se mueve marcando el ritmo de su respiración. Esos ojos benditos están cerrados adentrándose en el increíble mundo de los sueños de colores. Su boca, ligeramente entreabierta, permite que el aire circule a través de sus perfectos labios.
Su camiseta clara tiene un escote bajo y circular, dejando ver el nacimiento del pecho, y se adivina sin problemas su silueta con esos pantalones cortos y cómodos. Su sujetador amarillo está sobre el taburete que ella misma escogió y su bolso negro bandolero descansa en la cabecera de la cama a la altura del suelo.
No me importaría ser su centinela de la siesta, ni el guardián del templo de su cuerpo y su ser... para impedir que alguien osara molestar tan preciado tesoro en ese momento. Detendría las agujas del reloj que marcan el paso de las horas, para que recuperara fuerzas y tomara energía... para apresar la imagen y guardarla en el baúl de mis recuerdos.
Imaginemos que sin que lo hubiéramos previsto gira su cuerpo y se recuesta de lado... mirando hacia la ventana, por la que la entornada persiana permite entrar escasa luz.
Ahora las plantas de sus pies, una junto a otra, están frente a mí. Sus rodillas flexionadas me permiten ver sus fuertes gemelos... y sobre la cintura del pantalón asoman ligeramente sus braguitas y su piel. Se percibe perfectamente su cintura... podría dibujar su cuerpo con los ojos cerrados siguiendo la línea de su cadera.
No podría evitarlo... me acercaría y besaría tiernamente el hombro descubierto que se deja entrever en la penumbra de la habitación... ... ssshhh... cuidado no se despierte... voy a darle ese beso...
Cuanta dulzura en la descripción.
ResponderEliminarTanto la sientes que tan solo te basta con imaginarla?
Saludos
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
RUBEN
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...
La siesta que no es sueño es arte,
ResponderEliminares belleza esa hora que es cielo
en adorable sofá o en cama
tiempo invertido en salud,
o en sexo del sueño de amor.
Y volviendo al sueño de tu siesta...
¡que bonita habitación, que bonita colcha y que lindo escote has descrito!!!! y sobre todo,
¡Bendita tu siesta.!!!!
Te imaginé mágico, recio, desafiante
ResponderEliminarde belleza emblemática
tu pureza incesante
te imaginé, te imaginé
y al fin te encontré.
Delicadamente dulce querido amigo, como siempre, besos mil desde la distancia.