Entre tú y yo... no hace falta que las letras caminen hacia un solo sentido cuando son varios los que existen. No hace falta que te hable de dolor cuando tus ojos descubren el rojo de mis pupilas y el nombre de su razón. No hace falta que te indique qué es lo que quiero cuando mis manos se dirigen hacia tu cuerpo y mi mirada señala con anhelo su presencia en mi vida. Entre tú y yo, todo eso no hace falta.
Ya nos conocemos, sobra cualquier ritual de apariencias y protocolos, tus ojos me hablan tanto o más que los míos a ti. Se cuentan entre ellos las verdades que tu voz nunca me dijo, ellos saben lo que sucede mientras que mi corazón sigue mudo a la calidez de los tonos, es tan fácil, pero lo difícil sabe tan bien...
Tengo o dejo de hacer, lo reconozco, quiero cambiar. Es agradable sentir el sol en tu rostro mientras el escalofrío hace de las suyas en los entresijos de los cuerpos. Me gusta tumbarme en el césped, apoyar mi cara entre los brazos y mirarte. Siguen diciendo que la niña de las sonrisas está escondida, deja que asome su cabecita despacio. Sigo ausente del mundo, pero empiezo a jugar con los rayos del sol que intentan hacerme cosquillas.
Y vuelvo a desearte de nuevo.