domingo, 23 de octubre de 2011

ESTE OTOÑO

El otoño sabe a abrazos, a deseo de dormir las noches acurrucado junto a tu cuerpo, buscando el calor de tus sentimientos, de tu cariño, de tu ternura...


Los días de lluvia me recuerdan a las noches que paso solo escuchando en silencio como las gotas de agua acarician las calles... Entonces imagino que te susurro mientras duermes, la historia de una noche interminable, el deseo de compartir contigo todas las noches frías con truenos.


Nunca me dieron miedo las tormentas, pero desde que te conocí, me atemorizan sin piedad, por eso, desearía que estuvieses conmigo, convenciéndome que no pasa nada, que eres como un escudo, que guardas mis sueños...


¿Qué puedo hacer? Así que me encuentro suspirando, solo en mi cama, observando mi cielo estrellado, escuchando como las nubes juegan al escondite mientras los truenos las buscan juguetones y yo te busco entre mis sábanas... ¿dónde estás, preciosa?


Entonces siento como me abrazas con toda la dulzura que te caracteriza y me sonríes a la misma vez que me respondes, “aquí, aquí contigo”, es justo en ese preciso instante, cuando los sueños vuelven a recobrar el sentido.


Definitivamente….el otoño sabe a abrazos, a muchos abrazos.


jueves, 6 de octubre de 2011

DE VUELTA AL BLOG


Es todo y no es nada, ¿por qué las cosas son así? Los sentimientos, las palabras, las caricias a veces complican tanto la existencia que su misma forma se vuelve una silueta que hiere, corta y daña. No hay que pensar en nada, pero se piensa y tan solo cerrando los ojos se consigue huir de todo el entramado de cuestiones que se escuchan.

Solo te pido que me consideres y me lleves en tu memoria. Yo te llevaré a cantarle a la Luna desde la misma orilla del mar, en la playa, es en ese momento cuando ella es nuestra desnudando sus encantos y dejando que sus labios sean besados. Vente conmigo y yo te llevaré con ella.


De madrugada su cuerpo celeste se convierte en mujer y mientras su palidez ilumina el escondite en donde se oculta mi corazón recoge mi miedo para transformarlo en polvo de estrellas. Sus manos cogen mi cara y su piel se funde con la mía, haciéndome el amor en sueños y susurrándome una vez más que soy solo de ella... ¿y si fuese verdad?

Sus ojos sólo se quedan como testigo de lo que somos, de lo que soy, de lo que eres, sencillos mortales que nunca terminamos de aprender y eternos soñadores de lo que nunca nos merecemos y jamás conseguiremos, sigue siendo tan efímero como todo lo que he vivido estos años.

Hoy, me doy cuenta que desperté de tu sueño y el mío aún no lo soñé.