viernes, 26 de marzo de 2010

LLUVIA


Debajo de la lluvia, buscas un refugio para tu soledad. Tímidamente, quieres encontrar unas manos que acaricien los resquicios de esperanza que se cobijan dulcemente entre tus sueños, cerquita, muy cerquita del corazón.

Un día, un día no muy lejano, fueron los pilares que arrastraron contigo toda la fuerza del huracán, que se oculta siempre en lo más profundo del latido humano. Creíste en las hadas, en los cuentos, en los seres imaginarios que forman parte de la fantasía. Fuiste una persona con fe, tanta fe que no solo moviste montañas, sino que revolucionaste el universo entero, para buscar aquello que un día, un día no muy lejano, perdiste.

¿Qué puede ser más importante que querer? Querer un alma, besar al ser más preciosos y hermoso que nadie ha visto nunca nacer, ¿qué puede ser más importante que amar….? Arropar su cuerpo entre tus brazos y entregar todo lo que forma parte de ti, es tuyo, eres suyo, es tuyo, eres tú...

Y sin querer, perdiste lo más importante, la identidad que escribe tu nombre a fuego sellado en tu razón, en tu alma, en tus besos, te perdiste a ti mismo buscando el amor, que nunca llegará, hasta que tus manos acaricien los escondrijos de tu alma con suma delicadeza. Tus sonrisas, tus juegos, tu divertida forma de ser, tú, solo eres tú.

Junto a ti, junto a todo lo que formas, eres y amas, junto a tus latidos, refúgiate en mi interior, que yo protegeré lo que celosamente guardas, el secreto de ser quien eres.

jueves, 18 de marzo de 2010

CORAZON EN ESPERA


Los estados del corazón son tan delicados…...!!

Lo notas cuando está vacío, cuando está sediento, cuando necesita cuidados o cuando siente indiferencia. A veces se acelera, se pone nervioso, otras late tranquilo y mira el paisaje como si estuviese sentado en un vagón de tren viajando hacia ningún destino. El tren no espera, cuando tiene que salir de la estación se lanza hacia la aventura de lo que llaman vida.

Siento muchas cosas, me gusta saber en qué estación se encuentra mi tren o dónde viaja mi corazón. Cuando no puedo ponerle nombre me inquieto, es como si caminase con una venda en los ojos y me guiase tan solo por mis manos, con texturas, con caricias... Entonces llegas tú y me besas y me susurras muy bajito “es por aquí”. Como si no tuviese elección sigo tu dulzura, respiro tu aroma y continúo por donde me has guiado sin saber a dónde me llevas. Confianza ciega lo llaman.

“Que paren el mundo que yo me bajo aquí”, pero no bajas, solo hay una forma de hacerlo y ese momento aún no está escrito. Miro cómo el frío hace temblar los cuerpos y sin hacer demasiado ruido me separo a fumar un cigarro solo sentado en cualquier andén. “¿Crees que no te he visto?” pero me mirabas y no te acercabas, “Te quedaba demasiado bien esa escena como para romperla” Escena final... ”Hoy pensé que me seguías deseando...”

domingo, 7 de marzo de 2010

SABOR


No recuerdo a qué saben tus besos, no recuerdo cómo es el tacto de tus labios...
Sí que se me viene a la memoria aquello que decías:

-Tengo una pequeña costumbre, me gusta siempre morder el labio inferior muy despacito y dejar que lentamente se separen de mi boca.

Esos besos que no son besos, cuando te quedas a escasos milímetros de los labios, pero siguen siendo un casto beso en la mejilla, insinuado, descarado, incompleto...

No creo que exista algo mejor en esta tierra que quedarse atrapado en el tiempo junto a unos labios arropado de caricias vestidas de un pequeño momento inventado en el universo, en el que nadie más forma parte de él, tan solo tú y mis labios, tan solo dos bocas haciendo lo que se llama amor, dejando que tu alma roce levemente la mía escribiendo en el corazón huellas que un día no muy lejano recordaré cada vez que cierre los ojos y trate de volver con la imaginación a ese instante creado de magia y dulzura.

Te digo que forma parte del placer y muerdo mis labios hasta desgastarlos, la mente tiene tanto poder que si así lo quiero puedo volver a la magia y volver a besar, oler, acurrucarme entre tu cuello, abrazar tu cintura y dejar que mi cuerpo bese tu cuerpo, haciéndole mío y de nadie más.

Puedo bajar desde tu cuello hasta tu ombligo besando con mi lengua tu piel al compás que mis manos descubren cada milímetro que forma parte de ella, puedo esconderme entre tus piernas con los ojos cerrados y acariciarlas con mi cara respirando tu aroma y perdiéndome en el silencio suspirado del preludio a lo que será una única noche inventada entre siluetas soñadas. La piel, el silencio, los cuerpos...

Yo invento entre mis manos los besos y mi boca se queda desnuda por no encontrar los labios que desean morder. Mis manos siguen siendo frías y se quedan sin un cuerpo que les dé calor. Mi cuerpo tiembla sin que nadie lo haya hecho temblar y mi corazón se queda quieto al prohibirme latir, no puedo latir, no puede latir.

Solo me quedo entre sueños imaginando que tu cuerpo es el que está desnudo debajo del mío y soy yo el con los ojos cerrados vuelve a respirar y besar cada parte de él y mis labios vuelven a besar y a morder...

Todo sería lento, suave, dulce, todo se reduciría a un solo beso...